lunes, 19 de febrero de 2007

Escándalo por vínculos de su familia con “parapolítica”, obligó a María Consuelo Araújo a renunciar

El escándalo que se viene presentando desde hace varios meses a causa de los nexos de la familia Araújo con los paramilitares, ha afectado directamente a la ex Canciller de la República, María Consuelo Araújo, quien hace pocas horas renunció a su cargo tras la presión política de la oposición.

Hace pocos días, se conoció públicamente que su primo Hernando Molina, gobernador del Cesar fue llamado a indagatoria por supuesta pertenencia a las autodefensas; a su vez, su hermano Sergio está siendo investigado en los Estado Unidos. Mientras el senador Álvaro Araújo, está detenido por concierto para delinquir en asocio con paramilitares y por el secuestro extorsivo agravado de un rival político al que las autodefensas le impidieron presentarse a las urnas en el 2002. Por este último caso también está procesado su padre, Álvaro Araujo Molina, quien es investigado por la Fiscalía.

Dichos sucesos han posesionado a la ex Canciller, en un marco de críticas que debe asumir por la irresponsabilidad política de sus familiares. A pesar de sus atributos profesionales, su desempeño como Canciller de la República se vio empañado por los nexos sanguíneos que tiene con varios de los funcionarios investigados. Si bien es cierto que la renuncia de María Consuelo Araújo es conveniente para fortalecer la imagen internacional de Colombia; a la vez, implica la pérdida de una Canciller que hasta la fecha no ha presentado ningún cargo en su contra, ni se ha visto involucrada en algún proceso de investigación.

Es sabido que Colombia atraviesa por una crisis política atribuida a la relación entre grupos insurgentes y congresistas; sin embargo, no es pertinente la desarticulación de los funcionarios competentes del gobierno, y menos en el caso de María Consuelo Araújo, quien desempeñó eficazmente su gestión y a la que no se le deben atribuir las actuaciones de sus familiares porque en ningún momento éstas la comprometen.

Pese a la negativa del presidente de la República Álvaro Uribe a una posible dimisión de la ex Canciller, los lazos entre políticos y paramilitares terminaron afectando de manera indirecta al gobierno y significaron el retiro de una de sus funcionarias más competentes.



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